Se busca

Perdí mi librito de poemas firmado por la poeta justo abajo del poema que me hacía sentir ñañaritas.
Sólo recuerdo que decía algo de un ebrio fantasma que regresa ante las pupilas de no sé quien, y remataba con un "prófugo de mí, siempre"desgarrador.
Cada que lo leía recordaba con total desfachatez a uno de los inútiles narratarios (sépase, nuevo lector, que son dos los narratarios de este blog, y de los dos no se hace uno, no siven para nada). Y era con desfachatez porque a mi lado estaba el otro narratario. Entonces me remordía la conciencia, poquito.
Pero luego mi condición cambió. Justo un día después del vino de honor en el que la poeta me firmó el librito de poemas abajo del poema del "prófugo de mí, siempre", me convertí en un arma biológica andante. Un papel me lo dijo, con todo y certificación.
Y entonces el "prófugo de mí, siempre", dejó de ser un músico, o un publicista.



Ahora el "prófugo de mí, siempre" mutó en una lista enormísima de pendientes.





¿Dónde chingados dejé el pinche librito?