Se busca

Perdí mi librito de poemas firmado por la poeta justo abajo del poema que me hacía sentir ñañaritas.
Sólo recuerdo que decía algo de un ebrio fantasma que regresa ante las pupilas de no sé quien, y remataba con un "prófugo de mí, siempre"desgarrador.
Cada que lo leía recordaba con total desfachatez a uno de los inútiles narratarios (sépase, nuevo lector, que son dos los narratarios de este blog, y de los dos no se hace uno, no siven para nada). Y era con desfachatez porque a mi lado estaba el otro narratario. Entonces me remordía la conciencia, poquito.
Pero luego mi condición cambió. Justo un día después del vino de honor en el que la poeta me firmó el librito de poemas abajo del poema del "prófugo de mí, siempre", me convertí en un arma biológica andante. Un papel me lo dijo, con todo y certificación.
Y entonces el "prófugo de mí, siempre", dejó de ser un músico, o un publicista.



Ahora el "prófugo de mí, siempre" mutó en una lista enormísima de pendientes.





¿Dónde chingados dejé el pinche librito?

La chica sólo quiere divertirse (post muy en serio y balcón, sírvase a no proferir burlas maloras)

Porque esta autora, que es dueña de todo su blog, ha decidido sufrir y renegar de su suerte, y además compartirle (la muy pérfida) a usted, inmaculado y santo lector, toda su perorata autocompadeciente, y porque después de todo no le va tan mal, pero le choca, choca, choca... le cuento que me caga, caga, caga el diarismo político.

El otro día, un camarógrafo de canal 11 me dio con la cámara en la cabeza mientras los voraces y mamonsísmos reporteros de la fuente "chacaleaban" a un pinche y feo diputado priista.
El pinche y feo diputado dijo puras pendejadas, y yo tuve que transcribir y acomodar esas pendejadas en una nota de 2 mil caracteres.
Me la publicaron.
Qué pena.

Y pus sí, guácala. Me choca.

Todo el romanticismo periodístico se me está yendo cual chorrillo incontrolable. Necesito como 10 sobresitos de vida suero oral y cambiarme a soft news.
Ahora sí ya me pegó duro la duda vocacional. La forma más elitista del periodismo no es más que puro chisme aburrido y mareador. Sí, chis-me. Pura declaración malhablada y escupida.
Pobre ingenua de mí que me conmovía con los consejos de Kaspuscinski en conferenica abarrotando (él, no los consejos) una salitita con chorrocientas personas, nomás porque siempre está de moda (él, no la salita), y con el furor de Loret de Mola hablando de cómo no tenía donde cagar en Afganistan.
Chales, yo nomás quiero contar cositas culturosas y mamonas.
Pero lo que más, más quiero, es divertirme.
Tssssss....

Efecto dominó

Si estudié periodismo fue por pura pendejada. Yo debí ser una mujer hermosísima, y ya.

Prófugo de mí

La importancia que merece es inaudita. Tan grande que debiera escribir un blog nomás para ello. Pero no. No hace falta escribir melcocha barata en otro blog que no sea Melcocha Barata.
Todo esto resulta una justificación culposa de un impulso doloso y fantasiosamente premeditado que me ha devuelto a la ansiedad. Entonces no me queda más que explicar parte del lío (mi lío y de nadie más) con poesía melcochosa que una mujer de la edad de mi madre escribió hace algunos años, como parte de ese lenguaje universal de la nueva genereación de mujeres Cosmopólitan, que se las dan de cultotas e interesantes y tienen vidas sexuales envidiables... hasta que las convierten en armas biológicas y lloran lagrimones por no tener un cuello de matriz liso y rosagante.

Pero... pensándolo bien, no tiene caso andar escribiendo poesía de aparador para justificar mis primeros adulterios. Y aun inaudito, como inaudito es el que ahora me quiere con reservas, no voy a dedicar más poemas que jamás se entenderán.

RESACA

Aprovechando la confusa soltería me consagré como grupie y terminé con la boca llena de besos guitarrosos del rockero estrella de mis narraciones.