miércoles, octubre 21, 2009

Hace 10 años tenía 16

Me siento perseguida por una lejana embustera que me estudió con cuidado y ahora la hace de mí mejor que yo. Perr(h)a.

La verdad, somnoliento lector, es que me siento un poco desesperada, un poco aburrida, un poco miedosa y un poco melancólica. Supongo que la paranoia y el recelo son consecuencias naturales.
El problema es que ahora tengo mucho tiempo libre y no sé qué hacer con él. No soy buena estudiante, no soy muy disciplinada, no tengo oficio de casi nada.
Me sale bien eso de la adolescencia tardía, pero con novio formal y con tanta estría en el trasero, de nada me sirve la precocidad sexual (aunque ya tenga 26).

Soy periodista. Eso sí soy.

Veremos qué pasa cuando me compre esa máquina elíptica a la que tantas ganas le tengo. Se rumora que los años no se me van a notar, que me van a pelar en esa revista que tantos topes me ha dado en cabeza, y que eventualmente me voy a volver muy bella para tener tiempo libre de sobra sin remordimientos.