sábado, septiembre 30, 2006

Historia clandestina o de cómo el globo histérico EXPLOTÓ

Un mes ha pasado desde la última y genialísima entrada de la narradora de corta estatura y pómulos chapeados artificialmente.
¿A qué se debió tanto silencio?
A la prohibición explícita, bajo amenaza de muerte, de narrar cualquier cosa ocurrida entre sábanas ajenas, asesinatos impunes y sangre reseca en piel blanda...
Ojalá.


La autora sufrió tal distensión esofágica que no sabía si era llanto, amor, dolor, agruras u orgasmo lo que le reventó el globo, histérico hasta el delirio, que traía atorado en el pecho. Pura cosa fisiológica, nada de corazón roto.
Pero el hijo pródigo volvió al incestuso terruño materno para llenar de besos, otra vez, a esta mamacita.




Próximamente, y espero muy próxima próximamente, post menos "acá".

viernes, septiembre 01, 2006

Es mi fiesta y lloro si quiero

Los 23 están más cerca de los 25 que de los 18. Eso está muy mal.
Felicítenme, chingao.
Foto y dialoguitos, cortesía de la buena So.

Entregas y te vas

Karma poselectoral.