miércoles, febrero 14, 2007

O quizá simplemente le regale una rosa (Melcocha Barata edición especial 14 de febrero)

Para los solitarios, para los malqueridos, para los depreciados, para los ninguneados, éste es mi mensaje:

¡Felicidades! Hoy es (o fue) un buen día para autocompadecerse sin vergüenzas. Nadie podrá reclamarle por tanta queja perdedora, porque hoy es su día. Deje las culpas en la inconciencia, a lado de la dignidad, y dese libre y gozoso al lamento.

Bah.

Hoy recordaba mis 14 de febrero y más bien no recordé nada. Porque, como sabe, posmoderno y civilizado lector, a mí esas cosas de dejarse mangonear por el con-su-mis-mo, no se me dan. Bueno, pues, la verdad es que jamás tuve la oportunidad de celebrar el día, y cuando la tuve la pasé de noche. No, no en un hotel. Lo dije figurativamente.

La cosa es que yo, mujer de nostalgias y malcogidas (esto también es figurativo, quiere decir algo así como inconformidad) no me conformé con mi nulo pasado catorcefebreriano. Cómo va a ser si es pura melcocha barata. Y hurgué. Y encontré.



La primera carta diamorrrrr que la autora-narradora-sufridora y actriz de reparto de su propia historia recibió. Pinche putazo, me dejó llorando todo el día y creo hasta diarrea me dio.
Fue más que la carta culera. Fue la emoción de ¡por fin! recibir algo del puto buzón de la prepa 6 que entregaba flores y pendejadas a todo el mundo, menos a mí. Ni cuando me mandé a mí misma una notita tierna me llegó. Se perdió en el trayecto.
Pobrecita (Le digo que hoy es, hoy es).

Y hoy, 14 de febrero de 2006, recibí el primer regalo de día de San Valentín de un admirador anónimo.



...


Ojalá. Pero le agradezco a la brillante mente de mi trabajo que ideó dejarle a los empleados en su lugar bonitos y sabrosos bombones cubiertos de chocolate con una tarjetita fría e impersonal.
Qué detallazo.

Pinche post aburrido, pero me tardé tanto en la producción de las fotitos, que ya qué.