martes, octubre 31, 2006

¡Fiesta! ¡Fiesta! (otra vez el blog al servicio de la comunida porque ni mi reven es)


Sí... ese fin de semana hay tres millones de fiestas de disfraces, pero en ninguna encontrará lo que ésta le ofrece:

- Disfraces de la más alta calidad enfundando cuerpos maravillosos, también de la más alta calidad.
-Bebidas "experimentales" con precios de ¡locura!
-Rockers gua-pé-rri-mos y gua-pé-rri-mas al alcance de su mano. Aproveche ahora porque cuando sean famosos ya no se podrá.
-Música en vivo por un ratito nomás. Luego, a chocar el tacón contra el piso.
-Ambiente de lo más pren-di-do.
-Yo y mi eterna telenovela ¡en vivo! y sobre tacones rojos.
No se la puede perder porque además es baratísimo el acceso y le juro verdádedios que se divertirá.

domingo, octubre 29, 2006

Disculpa pública (Barata Melcocha al servicio de la comunidad)

Por este medio me permito ofrecerle una disculpa pública a una querida y chacotera bloguera con exquisito gusto musical: Sofía Téllez, cuyo blog "Gracias, no." fue víctima de una estupidez más o menos por mi culpa.
Si resulta que usted hoy compra cierto periódico de la vida nacional y se topa con la página 16 dedicada sólo a los blogs, encontrará ahí una errática referencia al blog de Sofía. Admito angustiada que culpa mía no fue, sino de algún pinchi coeditor despistado, pero el texto lo firmé yo, así que no hay de otra.
El blog de Sofía se llama Gracias, no. y la dirección es gracias-no.blogspot.com.


“Gracias, no.” (http://gracias-no.blogspot.com/)
Sofía Téllez
21 años
Estudiante de Filosofía
Distrito Federal
Mi blog es bipolar e insoportablemente personal. En pocas palabras es filosóficamente irrelevante, musicalmente rico, anecdótico, sincero. Nada como las aventuras de una estudiante de filosofía que odia la filosofía y lo mejor: se llama Sofía.
Ya ni sé. Nada hay tan personal que no sea de dominio general.


Y así debió ser en palabra impresa.

lunes, octubre 23, 2006

Un par y medio o de cómo la circunstancia se me puso impar

Hace casi dos meses desapareció inexplicablemente mi tenis izquierdo. Esa noche, antes de su extravío, la narradora -que también es la autora sólo por esta ocasión- bailoteó con su cuerpecito y su melena provocando serias distracciones. Habrá sido la licuadora que le servía de copa o los besos mallugados y torpes que trató de plantar, pero lucía *adorable*.
Y entonces la noche terminó y había que salir huyendo de los 22 años, con todo y la borrachera, la náusea y la bolsita con ropa de segunda mano que recibió de regalo, pero sin su tenis izquierdo.


Ahora tengo tres y presumo bonanza, aunque uno sólo queda para exhibición desafortunada de mi circunstancia impar. Básicamente, necesito romance.

lunes, octubre 16, 2006

La pasión según Berenice (Andrade)

Porque no soy como carne seca para encajarme en cualquier alambre.
Porque yo escojo a los hombres y los doy de baja cuando se me da la gana.
Y ojalá se me hubiera ocurrido a mí, y ojalá tuviera los senos tan rosadotes y henchidos como Lucha Villa hace 40 años para poder interpretar a una Caponera digna de erecciones prófugas. Pero soy Berenice (Andrade).

El fin de semana sirvió para descubrir que llevaba años vistiendo una talla de brasier equivocada. La negación ya no sirve más. Los brasieres, sí. Aunque quedan grande.