martes, mayo 27, 2008

No lo sé de cierto, pero

melcocha.
(De miel y cocha, t. f. de cocho, part. irreg. de cocer).
1. f. Miel que, estando muy concentrada y caliente, se echa en agua fría, y sobándola después, queda muy correosa.

Hace no muchos meses un muchachón de pecho orgulloso casi que me obliga a ver un película. La verdad yo, como soy de peladota, tomé ese DVD y lo refundí en el rincón más polvoso del mueble donde guardo los discos.
Luego ya la insistencia del del pechito orgulloso me obligó, casi a latigazos, a ver la pinche película y liberarme del compromiso intelectual. Porque los jóvenes de hoy hacen ese tipo de compromisos.
Terminado el asunto me subió una fiebre escandalosa de plagio. Debía yo encontrar el pretexto para decir en voz alta ese par de frases finales de la película; debía yo aprender a hablar francés para decirlas bien; debía yo ser otra para tener el honor.
Y así anduve yo, como muñeco barato al que le aprietan el brazo y dice la misma frase horrorosa una y otra vez, repitiendo el par de frases como sólo una peladota que no sabe francés puede repetirlas: mal.
Al joven gorrión le valió el esfuerzo. A mí se me pasó el furor.
Sólo me aplaudió un intento cuando, borracha, cambié el sentido de las frases. Entonces acepté, sin vergüenzas, que no soy una mujer y sí, una infame.

No me da pena plagiarle a la RAE. Total, el acierto es inaudito.

sábado, mayo 24, 2008

... so, why don't you kill me?

Me esguincé el brazo durmiendo. Me dormí sobre él.

viernes, mayo 16, 2008

Migraña

A veces, cuando la gente es pendejamente imprudente, la melcocha se pone chipil y a la mensa le da por llorar. Luego le da dolor de cabeza.

viernes, mayo 09, 2008

Coqueto

Me subí al taxi de un gordito en bermudas el martes. Andaba muy engelado y con la piel brillosita de crema Nivea. Olía.
Sonaba en su radio la voz de Mariano leyendo un poema muy llegador, de esos que son más bien un relato manchado de algún chavito que le paga a su papá para que lo pele o de una madrecita sufriendo por sus hijos.
Y entonces, a la altura de Municipio Libre y Plutarco comenzó a coquetearme:

-¿Sabes en que pienso ahorita?
-No...
-No pienso en el momento de placer que me puedes dar. Pienso en el Sida.
-Ahhh...

Yo creí que ya había valido madres. Que mi cuerpo iba a ser la próxima portada de Metro con una foto horrorosa en la que segurísimo iba a aperecer con los pantalones abajo de las nalgas.
Pero no, resultó que sólo estaba tanteando sus posibilidades, y de paso averiguando si tenía Sida. No le dije que sí, pero por si las dudas contesté con tono muy alarmante.

Me bajé.

-Se cuida, güerita.




***
Luego recordé cuando un wey de lentes me dijo que el Sida era muy "eighties", igual que los condones, la penetración, la intimidad. Superretro el gordito.

sábado, mayo 03, 2008

You're gonna lose that girl... yes, yes, you're gonna lose that girl

You're gonna looooooooooose that girl...









Las actrices de reparto también se hartan, o lo que es lo mismo "también las chicas feas tienen corazón", y más si están medio sabrosas.