martes, enero 23, 2007

Ni modo que no

Pus sí. Estudié periodismo enamorada de la posibilidad.

En clase siempre fui estrellita aunque no tuviera buenas calificaciones y habrán más de dos maestros que me recuerdan con todo y apellido.

Que haya descubierto a la hora de la hora que no era tan lo mío es otro pedo, pero la mera verdad, corriendo el riesgo de rayar en la cursilería obvia y en la ñoñez gratuita, si dije "va va va" cuando llené la solicitud de carrera por pase reglamentario fue gracias a unos libritos que me encandilaron.

Pus sí, yo también pensé que sería emocionantísimo ser enviado de guerra (que no corresponsal, eso es otra cosa, no sean nacos, hablen bien) y cubrir con heroísmo y ni una pizca de lucidez los putazos de aquí y allá. Y hasta lloré con las lecturas de testimonios bien llegadores de cómo ser reportero en medio de revoluciones y chingadazos.

Y pus sí, yo también me fui alocada a la salitita del Instituto de Investigaciones Sociales a tratar de verle la cara mientras decía cosas sabias, y también fui de las que no escuchó nada por que la sala y todo el instituto estaba hasta su madre porque todo mundo quería un autógrafo de ese señor.

Se murió Ryszard Kapuściński, y no me da pena decir que yo era su fan y que sus lecturas me hicieron vivir un tórrido romance platónico con mi triste profesión. Pus qué, soy periodista ¿no?

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Ayyy de la pura emoción de ser el primero,hasta diria que soy fans del hoy difunto. No te preocupes sigues siendo la estrellita de este blog con todo y sus revoluciones y chingadazos. Y pus si eres periodista y a los que nos gusta leerte agradecemos esa desviación motivada por los libritos que un día te hicieron llorar y nada más de imaginarte en la congoja de esas lecturas hasta se me sale una lagrimita snif, snif, pero leve porque la emoción de ser el primero en comentar lo compensa todo.

Gade Herrera dijo...

Ps' que pena la muerte de este señor, ni qué hacerle, se nos fue un verdadero Teacher, no como el pendejo de López Dóriga.

Por cierto, las portadas de cierta revista siempre son muy pinches feas y nacas, no dejes de comprarla.

jxezj

dehg dijo...

Eso de las vocaciones es algo grueso, yo soy ingeniero y ya no me gusta mi trabajo :S. A ese señor no lo conocí, pero investigaré que hizó cuando tenga tiempo (uuh, eso ultimo me sono a que nunca sabre quien fue ese señor). En fin, saludos, animese, y vamos a ver a Muse el 12 de Abril :)

Dark Romanticism dijo...

Me gusta leerte, de repente a veces al hacerlo puedo imaginarte.
saludos
dark romanticism

Pami Yasbeck dijo...

Yo supe lo que quería estudiar a los 13 años, cuando mis ídolos eran mi tía y Olallo Rubio. Ahora sé la diferencia entre tú y yo, ya que mis ídolos siguen siendo los mismos, o a los que recuerdo con mayor gusto. Zappa tenía razón acerca de los periodistas de espectáculos.

Largo dijo...

Bien por eso. Yo no soy periodista, ni pienso serlo. Pero me gustaban mucho sus libros y sus artículos.

Mr. gonX dijo...

Y sí era re bien famosísimo. Hasta yo sabía de él.

Love doctor dijo...

El libro de los cínicos está bueno, a que no. Yo me compré Ébano y jamás lo he leído. Si no lo hago pronto me cai que lo subasto. Y no, no tengo autógrafo del señor, yo más bien me fui platónicamente por el de Angelopoulos y el de Herzog, jajaja.

Chinísima dijo...

No creo haber sido nunca "estrella" en las aulas... Es más, no sé si haya quien se acuerde de mí, pero igual me siento periodista.

Ryszard Kapuscinski es para mí un gran maestro, el único y gran responsable de mi obsesión por tener presente en mi vida, de vez en cuando, asuntos no tan triviales.

Y ahora que viajé a Perú no dejé de pensar en él: periodista, atropólogo social, observador crítico... No cabe duda: "Los viajes sólo ilustran a los ilustrados".

¡Saludos!

Pablo Tezkatl dijo...

Kapuscinski, que habla perfectamente la lengua rusa, consigue "desaparecer entre la gente" ser tomado en todas partes como alguien del lugar. [...] La regla número uno parece ser la de saber mimetizarse, de renunciar a los discutibles y narcisistas beneficios de la hipervisibilidad a favor de las bastante más útiles ventajas del anonimato.[...] Si se está demasiado connotado, si los signos de reconocimiento social -ropa, conducta- son demasiado identificables, es posible acabar siendo excluido del contacto con la gente corriente y con las informaciones de primera mano, para acabar convertido en asistente obsesivo y cada vez más desorientado a conferencias de prensa cuya función es la de hacer de caja de resonancia a los regímenes. [...] "Hoy, para entender a dónde vamos", sostiene Kapuscinski, "no hace falta fijarse en la política, sino en el arte. [...] Es más útil entrar en un museo que hablar con cien políticos profesionales.[...] Como el arte posmoderno nos enseña, quizá podríamos darnos cuenta de que hay espacio para tod@s y que nadie tiene más derecho de ciudadanía que los demás."[...] La cuestión del agua, sin ir más lejos: hay que acarrearla desde la bomba, que está al otro extremo de la calle. Es trabajo de los niños. Las mujeres lo hacen a veces, pero los hombres jamás. Y de repente, ante el pozo, se planta un señor blanco haciendo cola junto con los niños. ¡Ja, ja, ja! ¡Imposible!...(Ébano, p 119-120)[...] Porque es a través de los detalles como se puede mostrar el mundo entero ya que "dentro de una gota hay un universo entero". (El Sha, p 156)
En Lapidarium, donde se encuentran recogidos los apuntes privados, las reflexiones, los aforismos, las consideracioies que no han encontrado un lugar en sus reportajes, "los despojos, los residuos carentes de valor de mi trabajo, que a menudo son precisamente los materiales más valiosos, porque sin ellos no habría huellas de los recorridos dew la memoria", el autor ha escrito: "El tema de mi vida son los pobres. Es esto lo que yo entiendo por Tercer Mundo. El Tercer Mundo no es un término geográfico (Asia, África, América Latina) y ni siquiera racial (los denominados continentes de color), sino un conepto existencial. (Lapidarium p 103)" FRAGMENTO DE LA INTRODUCCIÓN A LOS CÍNICOS NO SIRVEN PARA ESTE OFICIO DE MARÍA NADOTTI

Anónimo dijo...

Ser estrellita de la clase y "admirar" a Ryszard Kapuscinski no es del todo coherente. El buen periodista "sabe mimetizarse con su entorno", no brillar.
El ejercicio periodîstico no es una casualidad provocada por "libritos" sino una causa y una consecuencia. Como bien decîa Kapuscinski "una manera de vida, una razôn, una identidad".

es mi nombre Berenice dijo...

Tienes razón, anónimo. Y qué pena que vi tan tarde tu comentario.

Pero tienes razón, toda la razón. Por eso mismo me he dedicado en este blog a manifestar todo el sufrimiento que me causa no ser periodista de a devis, y a darme de putazos por haber estudiado algo engolosinada por una pose en lugar de una vocación.

Así que, mi circunstancia estuvo llena de coherencia.