Siempre he querido ir a una de esas bodas donde la gente se pone señoras pedas y baila y llora y se abraza. Siempre he querido ir a una boda, aunque el jolgorio sea más bien moderado y no haya tanto llanto ni tanta peda. Con que sea boda me basta: la boda de un fulano con una sutana donde me pueda tomar la foto del recuerdo y me sienta, por fin, uno de los cuates de Hugh Grant.
La evidencia me dice que me voy a quedar con las ganas. Que no tengo tantos amigos y que los míos no se van a casar. Que la boda de Luis Ricardo era mi último chance.
Hace como un mes me ganó el incosciente por culpa de la peda. Después de beber tres esplendores en la hierba y ya de camino a mi casa le puse al muchacho, que ya se dice honrorsamente mi novio, "canciones de boda".
No me malentienda, malvibroso lector. Yo nomás quiero ponerme una de esas pedas, porque durante la única boda a la que he ido aparentemente no hice otra cosa más que lloriquear y atravesarme en las fotos.
*Me contaron que la boda del querido Luis Ricardo fue una monada. Debió serlo con tan bonita invitación y con tan chulo novio.
4 comentarios:
Qué te parece un bautizo?
La música, la señoras que repiten vestido, el mala copa, la novia con chongo de a camión de Keenwort (con un chingo de spray para que le aguante la víbora de la mar y el payaso del rodeo, jaja)y el papá de la novia bien pedo dando el discurso de su vida.
Yo igual quiero ir a una, a falta de eso me voy a meter a una a escondidas y voy a tratar de hablar por micrófono un rato, eso sí, después de que me tome unas cuantas cervezas, porque así sobrio nomás no me animo, soy muy penozo.
-Tino Quiroz.
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